LIBRO "EL PASSO HONROSO DE DON SUERO DE QUIÑONES", DE CARLOS JAVIER TARANILLA

28 mayo, 2014

Acaba de ver la luz el libro “El Passo Honroso de don Suero de Quiñones”, publicado por la hiperactiva Editorial Lobo Sapiens. Aprovechando además que ya va quedando poco para las Justas de Hospital de Órbigo, entrevistamos a su autor, Carlos Javier Taranilla de la Varga, Licenciado en Geografíae Historia y profesor de Ciencias Sociales. Carlos Javier no es nuevo en el mundo editorial: ya ha publicado una monografía sobre el paso del Manzanares durante la Guerra Civil, y un Diccionario de Arte Universal (con más de 2000 entradas en 600 págs.), así como un ensayo titulado Breve Historia del Arte

La historia del Passo Honroso es bien conocida en general por la gente de León: en el año 1434 el noble leonés don Suero de Quiñones hizo una promesa de amor, y se comprometió a enfrentarse a lo largo de un mes a los caballeros que pretendiesen cruzar el puente del río Órbigo, en pleno Camino de Santiago, rompiendo 300 lanzas. Esto atrajo a muchos caballeros aventureros con el ánimo de ayudarle en la empresa. Como si de la preparación de un récord Guinnes se tratase, las multitudes y la corte real se agolparon en Hospital de Órbigo para observar el desarrollo de la fazaña. 

"El Passo Honroso" en realidad es una transcripción de las actas que levantó el notario real Pero Rodríguez de Lena, presente en el acontecimiento, pero Carlos Javier ha adaptado el texto para que sea más fácilmente comprensible por el lector actual. Tal y como nos contó Carlos Javier durante la entrevista, es sintomático de nuestro "cazurrismo" el hecho de que sólo se halla realizado una tesis sobre este tema, y que ésta fuera realizada en Galicia.

Podéis descargaros la entrevista en formato MP3 en este enlace

LAS PROVINCIAS DEL BIERZO Y DE LEÓN DE 1822 (III)

26 mayo, 2014

-Sesión del 19 de octubre de 1821.
La creación de la provincia del Bierzo creó una sensación de desasosiego en la de León, que se veía grandemente menguada, por lo que sus diputados hicieron propuestas en los días siguientes para paliar la situación, pues al fin y a al cabo era una división provisional:

“Y asimismo pedimos que los pueblos de los partidos de Benavente y la Puebla de Sanabria, situados desde el confluente en Castrogonzalo del Cea y el Ecla hasta el confluente con el Tera, y á la izquierda del rio Ciervas hasta su orígen, y de éste hasta el rio Manzanas en Linarejos, se agreguen con lo demás de Sanabria á la provincia de Leon.” 

-Sesión del 20 de octubre de 1821.
Los diputados Lobato y Valcárcel especifican cuáles debían ser las “compensaciones” a la nueva y reducida provincia de León:

“Habiendo sido sumamente perjudicada en la nueva division del territorio español la provincia de León, con la desmembracion del Vierzo que antes le pertenecia, rebajándola al pié de 54.000 almas, sin haberla indemnizado competentemente en otra parte, dando ahora tres diputados sin el censo necesario para ellos, con notorio perjuicio de la Nacion, á quien se grava con más número de Diputados que los que da de sí su poblacion; y debiendo por otra parte figurar en la representacion política de un modo digno del antiguo reino de su nombre, pedimos que se arreglen sus límites en la forma siguiente: O. se tirará una línea por el O. al S.desde Truchillas á Teleno, Santa María, Villabeza del Agua, Villalpando, y al E. por Mayorga, Saldaña y Valdeburon, todo inclusive; ó si pareciese, como debe, conveniente, se le agregará por el O. la parte de Cabrera que no se adjudicó al Vierzo por su localidad, y la Sanabria, dando vuelta por el S. desde Portugal a Villabeza del Agua y Villalpando, y al E. por Mayorga, Saldaña y Valdeburon”.

-Sesión del 21 de octubre de 1821.
Mientras en Villafranca festejaban su nueva condición de capital provincial, y ya que todavía se podían revisar los límites de la división propuesta, los representantes gallegos protestaban por la inclusión de parte de Valdeorras en la provincia berciana

“Los diputados de Galicia que suscribimos, pedimos que los límites de la provincia de Orense y de la del Vierzo se fijen por los antiguos entre Leon y aquel reino desde el Cebrero hasta Peña Trevinca, subsistiendo incorporados en la de Orense todos los pueblos del partido de Valdeorres (sic) que la comision propone se agreguen á la del Vierzo, lo que no podrá verificarse sin perjudicar á los intereses de los habitantes de ambas provincias, especialmente á los de la de Orense”. 

Inmediatamente después intervino el diputado Antonio Valcárcel, solicitando una modificación en el sentido contrario:

“(...)presento á la deliberacion del congreso, para que si lo tiene á bien se sirva mandar pase á dicha comision, la siguiente propuesta, relativa á la provincia de Villafranca del Vierzo. 
Pido que los limites de esta provincia por la parte del O. se estiendan, como mas naturales y marcados, al puente Navea siguiendo hácia el N. el curso de este río hasta su desembocadura en el Sil por debajo de Montejurado, y continuando por el valle de Quiroga hasta el límite señalado por la comision: que desde el mismo puente Navea hácia el S. vengan por la sierra de San Mamed al lugar de la Entrecinsa, y pasando el río Casuba continúen por Sierra-Seca y vuelvan al N. por la de Porto entre el lugar de este nombre y Viana del Bollo á reunirse en la sierra Segundera y Peñatrevinca propuestos por la comision."

-Sesión del 6 de noviembre de 1821.
Siguieron llegando propuestas de modificaciones, aunque más lentamente. La provincia de León no se resignaba a los estrechos límites que le habían sido impuestos:

“Finalmente pasó á la expresada comision [la Comisión de División del Territorio] una solicitud del ayuntamiento de la ciudad de Leon, pidiendo que respecto á haberse separado de aquella provincia el partido del Vierzo, que formaba una gran parte de su poblacion, se le agregase la parte de Cabrera que no se adjudicaba á la nueva provincia del Vierzo; la parte de la Laciana que vierte hácia Leon y otros varios pueblos, con el fin de no quedar reducida á los estrechos límites que se le demarcaban, y en atencion á que dejaba de figurar entre las provincias de primera clase”. 

-Sesión del 24 de noviembre de 1821.
Ponferrada no arrojaba la toalla en el asunto de la capitalidad, e hizo un último intento: 

“Pasaron á la comision de Division del territorio español tres exposiciones(…); y tercera, del ayuntamiento de Ponferrada, solicitando sea aquella villa preferida á la de Villafranca para capital de provincia”. 

-Sesión del 2 de diciembre de 1821.
Como es de bien nacidos ser agradecidos, el ayuntamiento de Villafranca se dirigió a las Cortes para agradecerles el trato recibido:

“Quedaron las Córtes enteradas de dos exposiciones en que los ayuntamientos de las villas de Jerez y Villafranca del Vierzo dan gracias, el primero por haberse establecido como provincia a la Mancha Alta, nombrando por capital á Chinchilla, y el segundo por haberse designado dicha villa para capital de la provincia de su nombre”. 

-Sesión del 23 de diciembre de 1821.
Ya vimos el caso de los pueblos gallegos, pero también hubo poblaciones de la zona del Sil que no estuvieron conformes con su agregación a la provincia berciana:

“Se acordó que se tuvieran presentes en la discusion del dictámen de la comision de Division del territorio español sobre límites, dos exposiciones, una de los vecinos de la feligresía de Salientes y sus barrios Valseco y Salentinos, solicitando que de ninguna manera se les separe de la provincia de Leon para agregarlos á la de Villafranca del Vierzo”.

-Sesión del 31 diciembre de 1821. 
En la última sesión del año un diputado leonés siguió intentando que se ampliaran las fronteras de la nueva y menguada provincia de León, señalando que incluso ésa era la voluntad de Benavente y Puebla de Sanabria:

“Del Sr. Lobato. Pido a las Córtes que si no tuviesen á bien íntegros á la provincia de Leon los partidos de la Puebla de Sanabria y Benavente segun ellos lo tienen pedido para su mayor interés y comodidad por lo se sirvan agregar el de Benavente llevando los desde Castroverde al puente de Castro Gonzalo y bajando por la derecha del rio Ezla como legua y media ó leguas hasta la embocadura del rio Tera en el Ezla se suba hasta Santa Marta de Tera lago de Truchillas á tocar en los confines de Villafranca del Vierzo.”

-Sesión del 14 de enero de 1822.
Finalizado el periodo de revisiones, se procedió a realizar el borrador del decreto para la división provincial:

“Se dió cuenta de la siguiente minuta de decreto, que fué aprobada. (…) Las Cortes decretan con calidad de provisional la division de su territorio en las provincias que á continuacion se expresa. Art.2º. Alicante: su capital Alicante. (…) Leon: su capital Leon. (…) Villafranca: su capital Villafranca”.

Curiosamente se omite “Vierzo” como nombre oficial de la provincia, a pesar de que así figuraba en las actas de la sesión del 15 de octubre (y en la Gaceta de Madrid del 16 de octubre), y en su lugar se opta por el de Villafranca, la capital, algo que se dio también en otros lugares a nivel nacional (por ejemplo, tras un debate se eligió “Provincia de Oviedo” en lugar de “Asturias”). Es decir, el nombre oficial no fue “Provincia del Vierzo”, sino “Provincia de Villafranca”, aunque es una cuestión de matiz sin mayor importancia. En total se dividía el Estado en 52 provincias, de muy diversos tamaños.

Así quedó el mapa provincial de España. (Jesús Burgueño)

MAGNICIDIOS LEONESES EN RADIO LEÓN

21 mayo, 2014

La semana pasada se anuló la sección de Historia de León en Radio León, debido a que todavía estaba fresco el asesinato de Isabel Carrasco. Hoy hemos retornado a la actividad haciendo un somero repaso de los principales magnicidios que tuvieron lugar en la historia de León. Evidentemente la práctica totalidad de ellos tuvo lugar en la Edad Media, cuando contábamos con nuestro reino y nuestros reyes. 

-Uno de los primeros y más sonados fue el (presunto) asesinato de Sancho I de León, “el Craso” ("El Gordo" en román paladino, vaya), que fue rey del 956 al 958 y nuevamente del 960 al 966. En el primer periodo fue muy impopular por su extrema obesidad (no podía ni montar a caballo ni “folgar” con mujeres), por lo que tuvo huir y renunciar al trono. Le “curaron” en Córdoba con una dieta muy severa y (se dice) cosiéndole la boca. Con su nuevo tipín y con ayuda de tropas musulmanas fue repuesto en el trono leonés en el 960. Pero seis años más tarde fue envenenado con una manzana por el noble gallego Gonzalo Menéndez. Su muerte  supuso un momento de debilidad para el reino de León, porque fue sucedido por su hijo Ramiro III, que apenas tenía cinco años, con las consiguientes luchas por la regencia, etc.

Pero si hubo un siglo pródigo en magnicidios, ése fue el siglo XI:

-Alfonso V, el de los buenos fueros, murió en 1028 en el asedio a la ciudad portuguesa de Viseu, por un flechazo de un ballestero moro, mientras el rey estaba paseándose alrededor de la muralla en mangas de camisa.

-En ese mismo año ocurrió el asesinato del infante don García por los Vela. García Sánchez, descendiente del famoso Fernán González, era el heredero del condado de Castilla. Era el prometido de la infanta doña Sancha, la princesa del reino de León, y vino a casarse a la capital en 1028. Poco antes de la boda fue asesinado por la familia de los Vela. Este magnicidio fue de gran trascendencia, porque provocó que Castilla se quedara sin conde, y que ese territorio quedara en manos del reino de Pamplona durante varios años. 

-Vermudo III, rey de León, murió en batalla contra su cuñado Fernando, conde de Castilla, en 1037. Murió de una forma un tanto... peculiar, porque su caballo, “Pelayuelo”, era demasiado veloz y llegó el primero (y en solitario) a la línea enemiga. Su muerte provocó que el reino pasara a manos de su cuñado, que sería conocido como Fernando I. 

-También en este siglo sucedió el asesinato de la condesa Doña Sancha: era una de las condesas más poderosas y ricas del reino de León. A la muerte de su única hija, Elvira, la condesa decidió donar una gran parte de sus bienes a la iglesia de Santa María (lo que hoy es la Catedral), en el año 1040. Sus sobrinos vieron como la herencia de la “tía rica” se esfumaba y uno de ellos en venganza la asesinó. La historia aparece contada en plan cómic en los relieves del sarcófago de Sancha en la Catedral, en la capilla de la Virgen Blanca. Posteriormente el sobrino murió al caerse del caballo en el que huía. Fue un asesinato muy comentado y famoso en la época. 

-De todas formas, el magnicidio por antonomasia en la historia del reino de León fue el llevado a cabo por Vellido Dolfos en la persona de Sancho II en 1072. A este tema ya le he dedicado toda una serie de artículos: v.g., 1, 2, 3, 4.

-Otras muerte que tuvo mucha importancia para el devenir del reino de León fue la de Enrique I, que fue rey de Castilla en 1214 al suceder a su padre Alfonso VIII (ó I de Castilla), cuando sólo tenía 10 años. Murió tres años más tarde en un extraño accidente durante un juego, lo que permitió que reinase su hermana Berenguela, que fue la artífice de la unión de  las coronas de León y de Castilla 13 años más tarde. La verdad es que fue un "accidente" demasiado oportuno, pero tendremos que quedarnos con esa versión.

-Por último, un magnicidio que no llegó a consumarse, pero que habría cambiado la historia mundial, fue el supuesto asesinato frustrado de Napoleón en Astorga en 1809, del que ya hablamos en un programa anterior.

Podéis descargaros el podcast del programa en formato mp3 en este enlace

El asesinato de la condesa doña Sancha en el Libro de las Estampas de la Catedral de León.

LAS PROVINCIAS DEL BIERZO Y DE LEÓN DE 1822 (II)

18 mayo, 2014

-Sesión del 4 de octubre de 1821.
En lo que respecta al Bierzo, el ayuntamiento de Villafranca denunció las maniobras de Ponferrada para que se cambiase la decisión sobre la capitalidad de la nueva provincia:

“Se dió cuenta de las exposiciones siguientes, que se mandaron tener presentes en la discusión del proyecto de ley sobre división del territorio español:(...) Tercero, del ayuntamiento constitucional de Villafranca del Vierzo, remitiendo varios documentos para acreditar los manejos reprobados de que se habian valido algunos vecinos de Ponferrada para hacer pasar por opinion general de la provincia lo que era suya particular, en cuanto á que se eligiese á dicha villa por capital de la que propone la comision de Division del territorio; y pedia, que desechando las Córtes tan infundados recursos, aprobasen el dictámen de dicha comision, que señalaba á Villafranca por capital de la nueva provincia del Vierzo; solicitud que igualmente hacian los ayuntamientos de la Vega de Valcarce, de Corullon, de Trabadelo, de Barjas y del Coto de Balboa y pueblos de su agregacion”. 

Más adelante Diego Clemencín usó el Bierzo para señalar la cantidad mínima de población a la hora de crear una provincia:

“El mínimum está de hecho en la propuesta de la comision. La provincia que tenga menos poblacion, esa es la que dice el mínimum. Esta provincia es la del Vierzo. Tiene 86.000 almas según los datos remitidos por el gobierno; según el concepto de la comision tiene 100.000: este es el mínimum. (…) La Constitución en el art. 33 dice espresamente que puede haber provincias de menos de 70 y aun 60 mil almas. ¿ Qué podrá alegarse contra autoridad y decisión tan respetable? ¿Será asunto casi casi de sarcasmo, como en alguna parte parece lo ha sido, el señalamiento de la provincia del Vierzo? Esta tiene conocidamente 86.000 almas como consta de los datos del gobierno, y la Constitución dice espresamente que puede haber provincias de mucho menor poblacion. (Leyó el art. 33). Aquí  está clara la posibilidad que la Constitución reconoció de haber provincias de menos de 60.000 almas: aquí está el mínimum absoluto que debió reconocer también la comision y cualquier señor diputado”.

-Sesión del 5 de octubre de 1821.
Sólo hay una mención al Bierzo, cuando el diputado manchego Ramón Giraldo (que en ocasiones presidió las Cortes de este periodo) afirma haber recibido a representantes de la zona de O Barco que se oponían frontalmente a su integración en la nueva provincia: 

“Sobre la Provincia del Vierzo no puedo menos de hacer presente la representación que acabo de recibir de los ayuntamientos de Valdeorras, porque me parece fundadísima; y no encuentro inconveniente en que se acceda á lo que solicitan dejando a esta provincia con este número menos de habitantes”.

Sin embargo, esta parte de su intervención no fue respondida ni rebatida por Clemencín, aunque también se vio apoyada por nuevos argumentos en la sesión del día siguiente.

-Sesión del 6 de octubre de 1821.
Y es que las Cortes recibieron una instancia enviada desde O Barco pidiendo ser parte de la provincia de Orense, y no del Bierzo

“Igualmente se mandaron tener presentes en la discusion del proyecto de ley sobre division del territorio español, las instancias que siguen:(...) cuarta, del ayuntamiento del Barco, en solicitud de que no se aprueben los límites demarcados por la comision entre las provincias de Lugo, Orense y la nueva del Vierzo y que no se segregue la villa del Barco de la provincia de Orense”.

-Sesión del 7 de octubre de 1821.
Ese día no hubo referencias al Bierzo, pero sí a las macrorregiones o reinos de Castilla la Vieja y León, que se veían abocadas a una gran fragmentación provincial, a pesar de seguir existiendo, por lo que parece, en un nivel teórico. En concreto fue en la intervención de Álvarez Sotomayor, que simpatizaba poco con lo que juzgaba una atomización excesiva del Estado: 

“No puede señalarse más causa [para la existencia de enormes desigualdades en población entre las distintas provincias] que las grandes regiones de Castilla la Vieja y León se dividan en mas provincias respectivamente que las demás de la monarquía, como se ha dividido siempre. En efecto, la primera con una estension de 1.759 leguas cuadradas y una poblacion de 1.052.102 habitantes, tiene siete provincias, dos de tercera clase y cinco de cuarta, y la última con 1.407 leguas cuadradas y 787.001 habitantes, tiene cinco provincias: dos de tercera clase y tres de cuarta clase.  No se diga que esto se ha hecho por transigir con las preocupaciones, pues por el contrario varios señores diputados de aquellas provincias, y en especial el señor Ramonet, se han declarado contra esta división con razones muy sólidas, y no se mortificará poco el amor propio de los vecinos de Burgos, León y Valladolid de ver estas ciudades insignes por tantos títulos, las dos primeras cabezas de réynos que lo fueron de toda la monarquía castellana, y la última residencia del tribunal superior que juzgaba mas de la mitad de su territorio, abatidas á ser capitales de provincias, la una de tercera y las dos de cuarta clase.”

Poco antes Sotomayor revelaba que la comisión pretendía haber tenido en cuenta “que las tres principales bases en que esta [división provincial] se funda, son la poblacion, la estension del terreno, y su topografía(...) [y también] consideraciones que influyen mas ó menos en la materia, como son la uniformidad de la lengua, inclinaciones y gustos, modo de vivir y otras”.

-Sesión del 13 de octubre de 1821.
El tejemaneje de la capitalidad de la provincia del Bierzo se complicó un poco más con la llegada  de testimonios y representantes de la comarca de La Cabrera, de Camponaraya y Ponferrada, insistiendo en que había que elegir a esta última ciudad, desmintiendo las acusaciones de manipulación realizadas por los villafranquinos. 

“Mandóse tener presentes en la discusión del proyecto de ley sobre división del territorio español las exposiciones de los ayuntamientos de Camponaraya y las Cabreras, que remitió el Secretario del Despacho de la Gobernación de la Península, en las cuales manifestaban los perjuicios que se seguirian á aquellos naturales de declararse á Villafranca capital de la nueva provincia del Vierzo y las ventajas que resultarian de que la capital se estableciese en la villa de Ponferrada. A estas exposiciones acompañaba otra de D. Antonio Macía, D. Antonio García y D. José Fernández Carus, comisionados por esta villa, en que renovaban la misma solicitud, y trataban de desvanecer la impresion que pudiera haber hecho la última representacion de Villafranca, que suponia obra de unos pocos la solicitud en favor de Ponferrada, siendo en realidad del ayuntamiento de esta villa”. 

-Sesión del 15 de octubre de 1821.
Fue un día decisivo, ya que se aprobó el proyecto sin prácticamente modificaciones:

“Declarado el punto suficientemente discutido, fué aprobada esta parte del art.2º (…) Aprobáronse asimismo y sin discusión las siguientes: (…) Valencia, su capital, Valencia. Vierzo: su capital Villafranca”. 

Y aquí, al tratar de la provincia del Vierzo, y a diferencia de las demás, que fueron aprobadas sin discusiones, surgió la polémica por los mismos asuntos que hemos ido viendo. En primer lugar intervino el diputado Romero Alpuente, defendiendo la capitalidad para Ponferrada usando los argumentos ya conocidos: que hasta ese momento había sido la capital tradicional, que era el centro de la red de caminos de la comarca, etc. Incluso arremetió directamente contra la candidatura de Villafranca: 

“[Ponferrada] en todo excede á Villafranca, del cual no podrá decirse otro tanto, porque su situacion, en un monte de que no se puede salir cuando las aguas crecen, lo cual suele verificarse en términos que lo dejan aislado y sin comunicación, le privan de esta ventaja”.

Este diputado insinuó que la decisión había respondido a presiones eclesiásticas: 

 “¿Por qué hemos de trasladar la capitalidad a Villafranca tan solo porque hay allí canónigos, que son los que lo llaman todo, y la hemos de quitar á Ponferrada, donde estaba ya antes, y para donde tienen sus caminos hechos, reside su comercio, y donde miran su felicidad aquellos pueblos?”

Y concluyó:

“(...) no teniendo por objeto la comision el bien del Gobierno, sino el de los gobernados, que es el objeto de una buena administracion, según la ley fundamental, debe desaprobarse la capitalidad de Villafranca  para que continúe en Ponferrada, como ha estado hasta aquí.” 

Respondió a sus argumentos el diputado y presidente de la comisión, Diego Clemencín, quien reconoció que en realidad Ponferrada había sido la primera opción del Gobierno:

“La comisión del Gobierno propuso á Ponferrada por capital de la provincia del Vierzo: sin embargo (…) halló motivos poderosos para preferir á Villafranca (…) El primero, que Villafranca tiene población mucho más considerable que Ponferrada (…) La comisión atendió también a la situación respectiva de Villafranca y de Ponferrada. Villafranca se aproxima al centro de la provincia del Vierzo mucho más que Ponferrada (…) Otra circunstancia que tuvo presente la comision, fué la facilidad de comunicaciones (…). Villafranca está en el camino real que va de la capital de España á Galicia: por allí transita el correo, y las órdenes y contestaciones se reciben mucho antes que en Ponferrada (…). Atendió también la comisión á otro punto que no deja de ser de gravedad, y es la abundancia de edificios públicos que se puede proporcionar en Villafranca con mucha superioridad sobre Ponferrada, si es que en Ponferrada hay los necesarios. (…) Esos motivos, y no otros (de que no quiero hacer mencion ni mérito), son los que ha tenido la comision para proponer á Villafranca”.

El diputado Estanislao de Peñafiel tomó la palabra y usó una argumentación nueva para defender la opción ponferradina: al ser una provincia con tan poca población (86.000 personas), haría falta ampliarla territorialmente absorbiendo nuevos pueblos de la zona de O Barco, y de La Cabrera y otros lugares de la diócesis de Astorga, con lo que Ponferrada pasaría a estar en el centro de la nueva provincia en lugar de Villafranca. Además su intervención nos proporciona el dato de que algunos ayuntamientos de Valdeorras querían incorporarse a la provincia del Bierzo para ofrecer un mayor contrapeso gallego:

“(...) algunos ayuntamientos de Valdeorras han representado, manifestando su disgusto porque se les haya separado de la provincia del Vierzo; y entre los fundamentos de su exposicion, uno de los principales es que siendo tan corto el número de los pueblos pertenecientes á Galicia que se agregan á la provincia del Vierzo, sucederá que cuando se trate de elecciones, no podrán equilibrarse los votos de modo que se reparta este honroso cargo entre los de una y otra provincia con igual esperanza de ejercer todos los derechos de ciudadano, quedando en otro caso perjudicados los pocos pueblos que se agregan de Galicia por la mayoría tan grande de los del Vierzo.” 

El diputado Juan de Subercase aportó nuevos argumentos en favor de Villafranca, incidiendo en que el camino real pasaba por esta villa:

“Una vez puestos los habitantes de los pueblos en la carretera, les es mucho mas fácil ir á Villafranca que á Ponferrada, aun cuando esten más cerca de este último; porque para ir á él han de pasar por una vega que en invierno se pone intransitable, y vale más andar seis leguas hácia Villafranca por la carretera, que es escelente, que una ó dos por dicha Vega hácia Ponferrada”.  

En cualquier caso, este debate dejaba claro que una de las principales razones para fundar esta provincia era el hecho de que una gran parte de su territorio (y según el bando se señalaba a Ponferrada o a Villafranca) quedaba aislado del mundo exterior durante el invierno.
Y Subercase añadió argumentos de corte antropológico, postal y enológico:

“Además es necesario tener presente otra consideracion. Los habitantes de Valdeorras tienen muchas mas relaciones con Villafranca que con Ponferrada y mas frecuente comunicacion, y los de Villafranca con los de Valdeorras recíprocamente; de suerte que son mucho mayores sin comparacion los vínculos de amistad, parentesco é intereses que unen á los de Valdeorras con Villafranca que con Ponferrada: y esto es tan cierto, que hasta la correspondencia la reciben por Villafranca. Por otro lado es menester no olvidar que una de las producciones de aquel valle, y casi la única, es la del vino. La mayor parte de este se extrae, y no tiene otra salida que por Villafranca, y seguramente nada por Ponferrada”.

Sobre el tema de la correspondencia, señalar que tanto en esos momentos como mucho tiempo después el correo de Valdeorras dependía de la actual provincia de León, tal y como puede verse en numerosos matasellos, como éstos que tan amablemente me ha remitido Fernando Meléndez de su colección personal:

Matasellos de 1835.

1838.

1845.

Finalmente las cosas quedaron como estaban en la redacción propuesta: 

“Declaróse el punto suficientemente discutido, y fue aprobada esta parte del artículo segundo.” 

Es decir, que cobraba existencia la Provincia del Vierzo, con capital en Villafranca. Cuando la noticia llegó a la nueva capital provincial se hizo una fiesta el día 21 para celebrar el histórico evento, “con toque de campana, iluminación de casas y con fuegos artificiales”

LAS PROVINCIAS DEL BIERZO Y DE LEÓN DE 1822 (I)

15 mayo, 2014

Es cosa bien conocida que entre 1821 y 1822 se aprobó una división provincial de España que, si bien no perduró más allá de 1823, concedió personalidad jurídica a la comarca de El Bierzo, reconociéndola como provincia, si bien con unos límites que poco tienen que ver con los actuales. Ha sido un tema tratado casi hasta la saciedad por diferentes autores y en diferentes publicaciones, pero lo que yo personalmente pretendo es dar a conocer las intervenciones de los diputados en Cortes durante los debates previos y posteriores a la mencionada división, ya que reflejan perfectamente las razones que condujeron a la efímera fragmentación en dos partes de lo que pocos años después (1833) sería la actual provincia de León. Aprovecho para advertir que cuando transcribo las Actas la ortografía difiere de la utilizada en la actualidad, ya que he respetado las convenciones ortográficas de las originales.

El Trienio Liberal (1820-1822) y la división provincial.
Fernando VII, como vimos, acabó en 1814 con la Constitución de 1812 y el régimen liberal, dando lugar a lo que se llamó el “Sexenio Absolutista” (1814-1820). Pero los liberales no estaban nada conformes con la situación: el 1 de enero de 1820 el teniente coronel Rafael de Riego, que estaba al mando de una fuerza expedicionaria destinada a sofocar los levantamientos independentistas en Latinoamérica, realizó un pronunciamiento militar que acabó triunfando en marzo, con lo que el rey se vio obligado a reconocer y reinstaurar la Constitución de 1812. Surgió así el “Trienio Liberal” (1820-1823), en el que Fernando VII era el jefe del Estado con grandes poderes, aunque los tenía que compartir con las Cortes.

Las Cortes en su primer periodo ordinario (marzo-mayo de 1820) plantean con carácter de urgencia la necesidad de una división provincial de todo el Estado. En estas primeras sesiones ya se comienza a hablar de la conveniencia de crear una provincia berciana, usando como precedente la división fiscal de León en tres “provincias” (Asturias-León-Ponferrada) que había funcionado durante prácticamente toda la Edad Moderna. 

El 17 de octubre de 1820 las Cortes pidieron a Felipe Bauzá y a Agustín de Larramendi la confección de una nueva “carta geográfica de España” para tener una base cartográfica para la realización de la división provincial. A la vez incluyeron la descripción de su propuesta de división provincial, que era muy diferente a la de 1813-1814 de la que ya hablamos en otra ocasión. Reapareció la provincia de Zamora, por lo que la provincia leonesa perdía ese territorio al norte del Duero, si bien mantenía lo arrebatado a Palencia, que seguía sin existir. Por lo demás se mantuvo la extensión de la anterior provincia subalterna de Astorga, pero se pasó la capitalidad a Ponferrada. El proyecto se presentó a Cortes el 4 de marzo de 18211, abriendo los debates que referiremos a continuación. 

La propuesta de Bauzá y Larramendi en 1821.Mapa de  Jesús Burgueño.

Veamos por ejemplo un fragmento de las actas de la sesión de Cortes del 23 de marzo de 1821: 

“A la comision encargada de la division del territorio español se mandó pasar una exposicion del ayuntamiento de Villafranca del Vierzo, en la cual pedia á las Córtes se sirviesen sancionar los votos justos de aquel pueblo, y los de los ayuntamientos de algunas provincias de Galicia, de que se erija aquel país en provincia separada; medida tan necesaria en política como indicada en la naturaleza”.

Como se verá más adelante se refieren a los ayuntamientos gallegos de la zona de Valdeorras. Sin embargo, hubo discusiones sobre la territorialidad de esa provincia berciana y sobre cuál sería su capital (Ponferrada o Villafranca), por lo que no se llegó a un acuerdo. 

La mayor parte de los diputados por León estaban de acuerdo en la necesidad de crear una provincia berciana, y así quedó reflejado en su intervención ante la comisión para la división del territorio del 16 de junio de 18212: F. Sierra Pambley, A. Valcárcel, J. M. Couto y J. Subercase afirmaron que

“Los diputados infraescriptos están plenamente convencidos de que la nueva provincia denominada de Ponferrada es tan necesaria en política como indicada por la naturaleza, pero habiendo sido siempre conocido el distrito de que se forma por el uso y común acección [sic] de los pueblos con el nombre de provincia del Vierzo desde tiempo inmemorial, desearían se le continuase. La conservación de dicho nombre, siempre grato a sus naturales y que mantendrán en el hecho, les hará más apreciable la ventaja que se les dispensa, y se persuadirán por consiguiente que se ha tenido con sus havitantes esta consideración, que aunque no versa sino sobre una palabra, influye no obstante a veces en la conveniencia de las disposiciones más de lo que parece”

Obsérvese que la denominación que emplean es todavía “de Ponferrada”, lo que no es de extrañar, pues Felipe Sierra Pambley, Romero Alpuente y Peñafiel siempre defendieron a esa ciudad como capital de la posible nueva provincia, mientras que otros diputados, como Manuel Goyanes Balboa, Clemencín y Subercase optaban por Villafranca3. De todas formas, es reseñable que Sierra Pambley ya empezara a justificar el uso de “provincia del Vierzo” con argumentos de toponimia tradicional y popular.

Pero el periodo más decisivo fue el que se dio con la convocatoria de Cortes extraordinarias en septiembre de 1821, porque fue entonces cuando se confirmó que habría una provincia berciana. No obstante también hubo piedras en el camino: por ejemplo el 29 de septiembre se propuso suspender el proyecto de división territorial, oyendo previamente a las diputaciones provinciales, pero las Cortes no admitieron esa iniciativa. Los Diputados por León en esos momentos eran Felipe de Sierra Pambley, Benito Lobato y Caballer, y Antonio Valcárcel.

-Sesión del 30 de septiembre de 1821:
La comisión fijó Villafranca como capital de la nueva provincia, lo que despertó la beligerancia de Ponferrada.  Las actas de las Cortes de ese día reflejan que 

“se mandaron tener presentes en la discusión del proyecto de división del territorio (…) otra [instancia] del ayuntamiento de Ponferrada, solicitando que no se apruebe el dictámen de la comision en la parte que designa á Villafranca capital de aquella provincia, por carecer de todas las ventajas que reune Ponferrada”

Al mismo tiempo se siguieron escuchando las voces de diputados que hacían un llamamiento a la reflexión, asegurando que el plan provisional de división estaba siendo muy precipitado, y que antes de llevarlo a cabo hacía falta  una “carta geográfica exacta, y [un] censo estadístico perfecto”, características de las que carecía la obra de Bauzá y Larramendi. Otros, como Ugarte Alegría, pedían incluso que no se tocaran las provincias nombradas en el artículo 10 de la Constitución de 18121. Pero otros (la mayoría) preferían que se ejecutase la división provisional y que después ya se retocarían los flecos que pudieran quedar sueltos.

-Sesión del 1 de octubre de 1821
Lo que también parecía claro era que a esta provincia del Bierzo le sería agregada la zona de Valdeorras, lo que provocó las quejas de los ayuntamientos gallegos: 

“Se dio cuenta de las representaciones siguientes, que se mandaron tener presentes en las discusion sobre la division del territorio: (…) de los ayuntamientos del partido de Valdeorras, en que se quejaban de los perjuicios que esperimentarian de resultas de los limites señalados por la mencionada comision entre las provincias de Lugo y Orense, y la nueva del Vierzo, solicitando que antes de aprobarse el dictámen de division del territorio, tal como se habia presentado, se mandase levantar un plano exacto por comisionados mistos del gobierno y de los pueblos que representaban”.

Ese mismo día se volvió a tratar el espinoso asunto de la capitalidad, en el que Ponferrada estaba poniendo toda la carne en el asador:

“Igualmente se mandó tener presente en la misma discusión otra representación dirigida por el secretario del despacho de la gobernación de la península del ayuntamiento de la villa de Ponferrada y otros pueblos de la provincia, en que solicitaban que en el caso de que se aprobase la formación de la nueva del Vierzo, se eligiera por capital á la citada villa de Ponferrada en lugar de Villafranca, cuya solicitud apoyaba el gobierno”. 

Pero la capitalidad de Villafranca ya era casi una realidad. En la misma sesión se leyó el borrador de división provincial

“La comision va á enumerar las provincias en que entiende debe dividirse el territorio de la península é islas adyacentes, con espresion de sus capitales y de la poblacion que tiene cada una de ellas según los datos que se le han remitido.(...)
Leon: Su capital Leon. La poblacion de esta provincia asciende, según el censo que se ha enviado á la comision á 186,697 almas.(...)
Vierzo: su capital Villafranca, que es preferible á Ponferrada por su centralidad, mayor poblacion, copia de edificios públicos, proporcion de comunicaciones y otras circunstancias. Poblacion, 86.385 almas”.

A continuación Mariano Villa justificó la necesidad de establecer una provincia aparentemente tan pequeña como la del Bierzo

“La comision hubiera deseado dar á todas las provincias igual estension y facilidad en sus comunicaciones, si hubiera tenido una base con que contar para obtener un resultado exacto. Las variedades del terreno es otra de las dificultades que se opone á esta igualdad. La comision ha observado todos los inconvenientes que hacen impracticable esta operacion.
Para que las provincias situadas sobre un terreno esteril y escabroso consigan alguna comodidad es necesario dejarlas reducidas á menor poblacion, como sucede á la del Vierzo situada entre las montañas de primer orden”.

Es decir, se aducen razones sobre todo de índole geográfico.

-Sesión del 2 de octubre de 1821.
En la sesión de Cortes siguió siendo palpable la animadversión de algunos diputados a la creación de provincias pequeñas. El gallego José María Moscoso, aún reconociendo las particularidades orográficas del Bierzo, no veía motivos para agrandarlo agregando ayuntamientos gallegos:

“Yo siempre me opondré á que haya provincias muy pequeñas. (…) Mas bien merecen el nombre de corregimientos que de provincias: tales son entre otras la del Vierzo y las de Chinchilla y Játiva. Yo no puedo concebir como la comision se ha determinado á establecer estas nuevas provincias. Presenta para la del Vierzo una razón particular y es la de que sus límites naturales embarazan su comunicación con los paises comarcanos (...) Esta observación tendría bastante fuerza si al mismo tiempo la comision no tratase de incluir en la del Vierzo los distritos de siete ú ocho ayuntamientos de Galicia que deben quedar incomunicados con la capital por la misma razón en que la comision apoya la nueva creación de aquella; causando ademas otros muchos perjuicios á estos pueblos cuyos habitantes ni tienen relaciones con esta provincia á que se les agrega, ni utilidad alguna en que se les separe de la de Orense á la que han pertenecido siempre, haciéndolos ahora desgraciados por el insignificante gusto de añadir una provincia que tenga 860 almas”.

Y haciendo gala de un gran desconocimiento antropológico y lingüístico el señor Moscoso añadió:

“Es indudable que la comision debe tener presente el no confundir en una provincia individuos de otras muchas cuyas costumbres, hábitos y lenguage por mas que se diga y haga siempre ofrecerán inconvenientes para su mejor administración. Y un gallego por mas que se le diga que pertenece de ahora en adelante á la provincia del Vierzo, siempre será  gallego; pues lo que principalmente distingue las provincias  es el dialecto que se habla en cada una de ellas”. 

A pesar de las opiniones del diputado es notorio que en Villafranca y en la franja más occidental del Bierzo la lengua tradicional era y sigue siendo el gallego oriental, con lo que sus últimos argumentos no fueron precisamente un alarde de astucia política.

Le respondió Diego Clemencín, presidente de la Comisión, tirando una vez más de argumentos geográficos y humanos: 

“Sí debe decir por lo que toca á la provincia del Vierzo, que esta se halla rodeada de montañas que la aislan y naturalmente la constituyen en un estado de provincia. Gran parte de sus habitantes viven muchos meses del año como en un mundo aparte, y no sería justo abandonarlos, olvidar su comodidad, y privarlos de los medios de gobernarse en su mismo circuito. Es verdad que se han añadido al Vierzo algunos valles comarcanos de Galicia, y esto por una razón muy sencilla; porque sobraba poblacion para la formación de las provincias de Galicia, y faltaba para la del Vierzo. Galicia tiene millón y medio de habitantes, y sería monstruoso no dividirla mas que en dos provincias, como me parece se ha indicado, mucho mas cuando ademas del esceso de su poblacion, su terreno es en gran parte montuoso”.

SEGUNDA PARTE DEL ARTÍCULO.

TERCERA PARTE DEL ARTÍCULO.

CUARTA Y ÚLTIMA PARTE DEL ARTÍCULO. 

LEÓN EN LA DIVISIÓN PROVINCIAL DE FELIPE BAUZÁ (1813-1814)

12 mayo, 2014

Durante la Guerra de Independencia los patriotas trataron de establecer en España un régimen liberal, cuyo máximo símbolo fue la Constitución de 1812 (la famosa “Pepa”, llamada así por ser proclamada en el día de San José). En dicha Constitución ya se apuntaba la necesidad de organizar “una división lo más conveniente del territorio español” (art. 11), si bien el artículo 10 del texto se limitaba a enumerar 19 distritos, de los que 14 se correspondían con regiones históricas, siendo León reconocido como tal: 

“Art.10. El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de Africa”.

Por su parte, y como ya vimos en un artículo anterior, los afrancesados, encabezados por José I Bonaparte, habían diseñado en 1810 una división en departamentos al estilo francés. La totalidad de la actual provincia de León y parte de la de Zamora formaron parte del Departamento de Astorga, también llamado en ocasiones Departamento del Esla, con capital en la ciudad asturicense. 

Felipe Bauzá (1764-1834)
En cualquier caso, durante los últimos coletazos de la guerra se encomendó la titánica tarea de planificar una nueva organización territorial a Felipe Bauzá, un geógrafo y marino mallorquín que ya había estudiado anteriormente esa posibilidad a nivel teórico. 

Bauzá quiso mantener las regiones y reinos históricos siempre que fuera posible, pero combinando ese criterio con otros más pragmáticos y de mayor eficiencia administrativa, teniendo en cuenta aspectos como riqueza y cantidad de población. Su objetivo era trazar circunscripciones de unos 300.000 habitantes cada una, pero tratando de respetar su personalidad histórica. Su propuesta consistió en 44 provincias, divididas en tres clases: 10 provincias de 1ª clase (las más importantes), 18 de 2ª clase (menos importantes), y 16 de 3ª clase, que en realidad eran subprovincias que dependían de otra de 1ª clase, si bien Bauzá dejó la puerta abierta para que “o bien para que se declaren Provinzias independientes o para que solo se coloquen en ellas Gefes Políticos Subalternos”. El proyecto de Bauzá fue revisado por Miguel de Lastarría, secretario de las Cortes, quien introdujo algunas modificaciones, pero con el regreso de Fernando VII el 4 de mayo de 1814 y su imposición del absolutismo todo quedó en agua de borrajas, con lo que la división provincial quedó en proyecto y no se llevó a cabo.

La provincia de León era considerada de 1ª clase, y de ella dependía la de Astorga, de 3ª, que englobaba casi la mitad occidental de la actual provincia leonesa, incluyendo Maragatería, Cepeda, Cabrera, Bierzo, Ancares, Fornela, Laciana, etc., etc. En esa propuesta de división Zamora no existía, quedando repartida entre las provincias de León-Astorga y Salamanca. Es decir, la provincia de León-Astorga llegaba hasta el Duero. Palencia tampoco existía, quedando su mitad occidental también en la provincia de León-Astorga, así como un trozo importante de Valladolid, tal y como era tradicional en los mapas antiguos, que incluían a estas zonas en el Reino de León.

Veamos cuáles eran los límites de León (entendida como León-Astorga) en palabras de Felipe Bauzá: 

LEÓN 
Su capital León. Su población según el censo ..................................... 239.812 

Esta Gobernación se compone de una parte del antiguo Reyno de León y de otras porciones de las Provincias que le estaban contiguas por lo que su población será en esta forma: 

Mitad de Palencia, menos 7.000 almas por lo que se agregará a Burgos.. 52.032
Mitad de la de Zamora .......................................................................... 35.700
Tercera parte de la de Valladolid .......................................................... 62.466 
Población total ............................. 390.010 

Esta Gobernación confina por el N. con la de Asturias; por el occidente con Galicia; por el S. con Portugal y Salamanca, siendo el límite la orilla derecha del río Duero; por el oriente con parte de la de Burgos y la misma orilla del río Pisuerga, y por el S.E. con la de Valladolid. Desde la confluencia de este río con el Abanades (antigua provincia de Palencia) seguirá por el dicho río hasta Abia de las Torres, [y] de allí al occidente a buscar el nacimiento del arroyo Ballarna, que desagua en el río Cieza (partido de Carrión). Y atravesando este río por la confluencia de entrambos, se seguirá por el Puente La Serna en el río Carrión. Y de aquí, como el sudoeste, al Panteón de la Cueza, en el río de este nombre, habiendo atravesado la Rivera y Cuennago de Molinos, un poco al S. de Benevivese. Desde el dicho Puente del Panteón de la Cueza, se seguirá la línea por la orilla derecha del río Cueza, y parte del arroyo Valenceja a Pozurama y Boadilla en el río Sequillo, y continuando al occidente a La Granja (antigua Provincia de León) en la orilla izquierda de este río Valderaduey por ella hasta Villalpando (Provincia antigua de Zamora) será la orilla izquierda de este río hasta el Duero el límite su[r]este de todo esta Gobernación. Se divide en dos con los nombres de León y Astorga. 

Gobernación de León 
Su capital León. Su población algo más que la mitad de toda la población [de la provincia].....200.000

El límite occidental de esta Gobernación, que será el oriental de la de Astorga, es la orilla izquierda del río Valderaduey hasta la confluencia con el arroyo Salado. Y por este hasta su nacimiento, desde donde pasando por Villarino y el occidente de Otero de Soniego y Villafavila (antigua provincia de Zamora), continuar por el Monte de Villabeza a la confluencia de los ríos Esla y Orbigo, y por toda la orilla izquierda de este hasta el límite con Asturias. 

Gobernación de Astorga 
Su capital Astorga. Su población ......................................................... 190.010

Nota: Esta Gobernación no necesita descripción por estar ya hecha en la de León. 

El proyecto de división de Felipe Bauzá. Mapa de Miguel Ángel González.

NUEVO TIME-LAPSE DEL COLEGIO AGUSTINOS

08 mayo, 2014

Esta tarde dejé grabando durante una hora la cámara del móvil para hacer este time-lapse del patio del colegio Nuestra Madre del Buen Consejo PP Agustinos de León. Los claroscuros de las nubes y el sol ofrecieron un bonito espectáculo. Alguno a lo mejor recuerda que hice otrovídeo de este tipo hace ya algún tiempo. Espero que os preste. 



"DA MIEDO EL FUTURO": UN DIARIO DE LOS COMIENZOS DE LA GUERRA CIVIL EN LEÓN

07 mayo, 2014

La Editorial l,lacianiega "Piélago del Moro" saca a la luz un raro e interesantísimo documento histórico publicándolo y comentándolo en el libro "Da miedo el futuro: Julio de 1936 - agosto de 1938". Se trata de los diarios de Enrique González Luaces, un personaje muy poco conocido, pero que fue alcalde de la ciudad de León y presidente de la Diputación Provincial en unos momentos tan difíciles como fueron los de la Guerra Civil.

Es un diario dividido en varios cuadernos que en 2007 fue adquirido por el Ministerio de Cultura y que en la actualidad se custodia en el Archivo de la Memoria Histórica de Salamanca. Víctor del Reguero disponía de una copia en fotografías, así que se puso en contacto con Consuelo González Luaces, nieta de Enrique, que concedió el permiso pertinente para su publicación y que escribió el prólogo.

Durante la entrevista Víctor nos contó que transcribir el diario no fue tarea fácil, ya que Enrique nunca tuvo la intención de que fuera publicado, por lo que las anotaciones son rápidas, con lagunas y abreviaturas difíciles de resolver. Además estaba la dificultad añadida de la profesión de Enrique (urólogo y radiólogo, es decir, médico), que no se caracteriza precisamente por la legibilidad de su letra.

Enrique González Luaces fue presidente de la Gestora Municipal entre noviembre de 1934 y enero de 1936. Con el denominado "Alzamiento Nacional" (el intento de golpe de Estado del 18 de julio de 1936)  fue nombrado alcalde de León el 21 de julio, aunque cesó en el cargo el mes de agosto por un asunto de clientelismo familiar. En una especie de "patada hacia arriba" ocupó el puesto de presidente de la Diputación hasta marzo de 1937, cuando fue obligado a renunciar acusado veladamente de ser masón.

El diario es un testimonio histórico de primer orden, y de una gran rareza, porque no abundan los diarios personales de esa época. En él Enrique va narrando de forma personal cómo vivió aquellos momentos, y sus desacuerdos con muchas de las medidas que iban tomando las autoridades de "su" bando. Por ejemplo, escribe su desagrado por el mal trato ejercido sobre la Fundación Sierra Pambley a la que él, en secreto, admiraba:

"(La Fundación Sierra Pambley) ha adquirido fama de centro de perversión, en lugar de centro educativo. Y nada más falso. (...)
Con Sierra Pambley León comete una ingratitud. Se queda con la Fundación, no se renuncia a ella, pero se borra el nombre del donante generoso, con el argumento de que es una fundación laica... ¿Pero es que vivimos en un Estado confesional?"

 "Da miedo el futuro" consta básicamente de la transcripición íntegra del diario de Enrique González, pero viene acompañado por numerosas fotografías, documentos y anotaciones explicativas. Éstas últimas, y la edición en sí, son obra de Wenceslao Álvarez Oblanca y Víctor del Reguero.

El libro se presenta hoy en la Feria del Libro de León ciudad, a las 19 horas, contando con la presencia de los autores-editores y de Consuelo González, la nieta del autor del diario.

Os podéis descargar la entrevista en formato mp3 en este enlace de Radio León- Cadena SER.


GUÍA “CAMINO A SANTIAGO”

02 mayo, 2014

 Ya hace unos meses que mi amigo Joaquín Alegre se lanzó a la piscina de fundar su propia editorial, a la que bautizó con el nombre de “Rimpego”, que es el nombre leonés del alcaudón. Su primer libro, “Leyendas de León contadas por...”, en el que tuve el honor de participar con un relato, está resultando todo un éxito, y de hecho ha tenido que ser reimpreso. A continuación Joaquín se ha metido de lleno en el mundo de las guías de viajes, publicando una sobre la ciudad de León que ha supuesto un soplo de aire fresco, tanto por aportar información actualizada como por tener su correspondiente versión en inglés. 

Ahora “Rimpego” nos sorprende con otra guía de mayor amplitud y alcance, titulada “Camino a Santiago” (192 págs.), que como la anterior cuenta con las hermosímas fotografías del autor-editor. Este libro es, en mi opinión, una mezcla perfecta entre guía y libro de viajes, aderezado con una maquetación y una edición casi sublimes. En el interior se combinan la información turística con una transmisión de sentimientos y sensaciones que alcanza una calidad literaria, convirtiendo su lectura en un placer estético. 

Aunque el autor es leonés, estamos ante una guía dedicada a todo el Camino, y aunque supongo que tuvo que ser fuerte la tentación de dar una mayor preponderancia a la parte leonesa, sin embargo Joaquín ha optado por un contenido equilibrado para todos los territorios que surca este itinerario. 

El libro ya está disponible por unos 20€ en las principales librerías de las localidades del Camino de Santiago, y constituye un regalo perfecto tanto como guía para futuros o presentes peregrinos, como recuerdo para los que ya hayan completado ese viaje iniciático. También hay una versión en inglés, "Walking to Santiago".

LA CUESTIÓN AUTONÓMICA EN LEÓN DURANTE LA TRANSICIÓN

01 mayo, 2014

Tras el parón que supuso el Miércoles Santo y el día de San Jorge, este miércoles hemos regresado a nuestra sección de Historia leonesa en Radio León Cadena SER. Hemos repetido el invitado del programa anterior, David Martínez, porque queríamos que nos hablara de cómo fue el movimiento autonómico en nuestra tierra durante la Transición.  

Después de hablarnos rápidamente de algunos precedentes, David señaló que en contra de lo que se suele decir los primeros grupos leonesistas fueron de izquierdas y no de corte conservador. Tras analizar las cambiantes posiciones respecto a la autonomía leonesa de los principales partidos políticos, repasamos algunas de las manifestaciones leonesistas que hicieron cambiar (o al menos tambalear) las posiciones oficiales de los primeros momentos, así como las sucesivas encuestas que siempre reflejaron una oposición frontal a la unión con Castilla. 

Por otra parte, David insistió en las diferencias entre la situación leonesa y la de Cantabria y La Rioja, donde el regionalismo estaba mucho más presente en todos los niveles sociales, y cuyos políticos siempre mantuvieron una postura en favor de  sendas autonomías uniprovinciales. 

Podéis descargaros y escuchar la entrevista en este enlace

La primera manifestación por la autonomía leonesa (1978)