EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS Y DE MIGUEL DE UNAMUNO.

31 diciembre, 2016

Me pide Miguel Ángel Diego Núñez que publique en este blog sendos artículos suyos dedicados a la memoria de dos salmantinos (uno de nacencia y otro de adopción) que fallecieron este mismo día, uno en 1931 y otro en 1936. Yo lo hago con mucho gusto (además no es la primera vez que publico aquí un artículo suyo), porque como él mismo dice "es un homenaje a su leonesidad y a su enseñanza". Insisto en que los dos son obra y mérito de Miguel Ángel, y no mío.


I SÁNCHEZ ROJAS

Una misma fecha para recordar la coincidencia en el adiós de dos hombres  muy distintos unidos por la amistad, por la sensibilidad, por el afán de profundizar en el análisis de la realidad y por el amor a Salamanca. Ambos bucearon en el ser y en las raíces de Salamanca y de los salmantinos, cada uno a su modo, cada uno con su perspectiva y sus conocimientos.


  José Sánchez Rojas (1885-1931) tenía una sensibilidad a flor de piel que le permitía conocer profundamente y hacer suyos los paisajes y las gentes, una sensibilidad que ya en 1919, en uno de los escasos libros que publicó en vida, le lleva a afirmar sin ningún género de dudas:

    ‘En Paisajes leoneses he querido apuntar y señalar las diferencias, más reales que aparentes, que separan a los dos viejos reinos de León y de Castilla. Salamanca, León y Zamora participan, en su espíritu y en sus piedras, de la gracia gallega, de la sutileza astur, de la mansedumbre lusa y de la sequedad de la meseta. Estos cuatro factores integran el sentido leonés dentro de la historia nacional’.

    En esas páginas nos descubre el espíritu leonés, tanto cuando escribe sobre la Catedral Vieja de Salamanca:

    ‘Estas piedras nos hablan de las turbulencias de la Edad Media, del gracioso balbuceo del romance, de la formación lenta, segura, del espíritu leonés.’

    -y se lamenta:

    ‘Pero Salamanca, lentamente, por incuria, por dejadez, va encerrando sus recuerdos, haciéndose avara de ellos, ignorando acaso que los tiene.’-;

    como cuando dedica su atención a Zamora:

    ‘Zamora pertenece al Reino de León. Históricamente, geográficamente, espiritualmente. Con las provincias de León y de Salamanca…

    Espiritualmente… ni Zamora (Toro, Benavente), ni Salamanca (Ledesma, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes), ni León (Astorga, Sahagún), son pueblos castellanos.
    Así, León es una cosa distinta de Castilla.’

  Y refiere alborozado su descubrimiento del espíritu leonés, de la región leonesa, y su negativa a ocultarlos –de hecho este artículo será publicado reiteradamente hasta 1931- (1):

    ‘Pero León es, ante todo y sobre todo, Zamora. He descubierto estas cosas aquí en Zamora, ante este románico típico, leonés, ante este paisaje, y no voy a ocultar mi descubrimiento a los sociólogos e historiadores de hogaño.

    He tenido, voy teniendo, tendré en Zamora la sensación de lo que era el reino de León, de lo que todavía es y de las diferencias que le separan de la región castellana. León no era una nomenclatura geográfica.

   Mirad estas gentes zamoranas, leonesas, salmantinas. Esa unilateralidad y esa pobreza mentales del castellano, no rezan con ellos.
    Viven una democracia llana. Nadie es más ni menos que nadie.’

    Otro tanto ocurre en la ciudad de León, siendo en San Isidoro donde

    ‘revivimos la historia de León, no la estruendosa, sino la otra, la subterránea, la formada por el trabajo, lento y obscuro, de los que dieron fisonomía al reino fronterizo’

    Ya en 1927 abraza a todos los escritores en los que identifica la fisonomía espiritual leonesa, tanto naturales del reino de León, como leoneses adoptivos, como Fray Luis de León y Miguel de Unamuno.

  Han pasado los años, muchos años, 85 nada menos, desde aquel año 31 que trajo la República que saludó Unamuno desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca, del mismo modo que Sánchez Rojas lo hizo en Alba de Tormes colocando la bandera tricolor en el Ayuntamiento -‘la nueva enseña de mi Patria libre’– llegando a conocerla durante poco más de ocho meses- y cinco años menos, 80 años, desde el fallecimiento de su maestro Unamuno, don Miguel, que recibió y abominó el golpe que la derribaría.

    Del primer año republicano, Sánchez Rojas dirá:

    ‘Y 1931 es hijo de la Universidad; su símbolo, símbolo de ella y del pensamiento español todo, se llama Miguel de Unamuno.’

    El 22 de diciembre de 1931, 9 días antes de su muerte, Sánchez Rojas escribe una carta abierta al promotor de un homenaje a su persona en Salamanca en la que lo acepta y confiesa:

    ‘Porque… ¿te lo digo? De las felicitaciones que recibo, las que más agrado me producen, son las de Salamanca; los escritos que hago con más cuidado son para Salamanca; los aplausos que con más ahínco busco, y también las censuras más acres que esta arriscada labor de escritor público me han deparado los hados, son, precisamente, las censuras y  los aplausos de esa ciudad.’

 Ha pasado tiempo, como diría Sánchez Rojas:

‘¡El tiempo que todo lo explica, que todo lo justifica, que lo perdona todo!’


Miguel Ángel Diego Núñez
(Miembro del Instituto de Estudios
Zamoranos Florián de Ocampo)




(1) El 6 de agosto de 1927 el artículo es publicado en ‘El Adelanto’ en primera página con el título ‘Del espíritu leonés’, y en él introduce algún matiz: ‘Vivimos una democracia llana, democracia de concejo abierto, de concejo leonés’. Seguimos aquí el texto publicado en ‘Nuevo Mundo’  el 9 de enero del año de su muerte.



II MIGUEL DE UNAMUNO (1861 – 1936)

   
 La fecha del 31 de diciembre une a dos leoneses y salmantinos, uno natural –Sánchez Rojas- y otro adoptivo –Miguel de Unamuno- en la fecha de su fallecimiento. Pero a estos dos hombres les une el amor a Salamanca, la búsqueda de sus raíces históricas y culturales así como las de los salmantinos y el descubrimiento de su leonesidad, cada uno a su modo; ambos están unidos por la misma Universidad que les cobijó, así como por su pasión por España y por la libertad, desde su republicanismo. También les une el amor por Cataluña y los lazos espirituales con Iberoamérica y con naciones próximas: Portugal, en el caso de Unamuno, Italia, en el de Sánchez Rojas.

    En 1891 Unamuno llega a Salamanca y pronto comienza a realizar excursiones por la provincia que le ponen en contacto con la realidad leonesa de la misma, en sus manifestaciones y en su lenguaje.

    Aquí elaborará a finales del XIX su concepto de intrahistoria, la tradición que se halla ‘en el fondo del presente’:

‘La tradición es la sustancia de la historia. Esta es la manera de concebirla en vivo. (…) La tradición eterna es lo que deben buscar los videntes de todo pueblo para elevarse a la luz, haciendo consciente en ellos lo que en el pueblo es inconsciente para guiarlo así mejor.’

    En 1926 confiesa en su correspondencia a Francisco Maldonado:

‘Cuando pronto hará 35 años llegué a esa ciudad, fue tu padre, fue Luis Maldonado, uno de mis primeros amigos, y el mejor’

    Con él y junto a él descubre los rasgos de la leonesidad lingüística de la provincia de Salamanca, lo que le permitirá aportar sus conocimientos y apuntes a Menéndez Pidal, para constituir un sustento fundamental de la obra de éste ‘El dialecto leonés’, publicada en 1906: ‘Don Miguel de Unamuno tiene del lenguaje de toda la región salmantina reunidos abundantes materiales que ha puesto a mi disposición’. Los datos le llevan a asegurar: ‘En Salamanca y Extremadura los límites lingüísticos ya coinciden bastante bien con los políticos’

    Fruto de estos hallazgos y de la colaboración con Menéndez Pidal y a través la Junta de Ampliación de Estudios y del Centro de Estudios Históricos, el estudio del leonés alcanzará una época de esplendor, con Américo Castro, Federico de Onís, Tomás Navarro Tomás, etc. en las dos primeras décadas del siglo XX.

    Y es la intrahistoria de Salamanca, de Zamora y de León, junto con las peculiaridades lingüísticas presentes en todo el reino de León las que le llevarán a afirmar una y otra vez que Salamanca junto con Zamora son regionalmente provincias leonesas:

    Tanto cuando escribe a Ricardo Palma (1903):

‘Paréceme que a usted le ha llamado la atención la cantidad de voces nuevas que empleo (…) Pero hay otras, las más que las tomo del pueblo, y que son usuales y corrientes no ya sólo en esta provincia sino en el antiguo reino de León.’;

    Como cuando escribe a su discípulo Federico de Onís (1907):

‘aquí hay tres regiones, la de cerrar, la de candar y la de pechar. Mi idea es que Salamanca no es Castilla sino una transición de León a Extremadura con toques portugueses y algunos castellanos.’

    o cuando comenta la obra de Amado Nervo (1909):

    ‘Y aquí acaso falta Salamanca, que Nervo no conoce; falta Zamora. Pero Zamora y Salamanca no son tal vez Castilla; son tierra de León.’

    En 1913 lo expresa con toda claridad:

    ‘Esta ciudad y región en que vivo, Salamanca, perteneció al reino de León, y leonesas son las particularidades de su habla popular’

      Don Miguel será consciente de la apropiación castellana de todo lo leonés:

    ‘Peregrina virtud la de la enjuta Castilla, esa virtud de apropiarse en espíritu cuanto toca y sin parecer que pone esfuerzo en ello. Castellano se le llama al lenguaje español, aun habiéndose integrado en él otras hablas que no son precisamente las de la estricta Castilla. Castellanos les llaman los demás a los hijos de esta tierra salmantina en que vivo, y eso que ni por la geografía histórica ni por la lengua les compete en rigor técnico ese apelativo. Esto fue, cuándo aún la unidad española no había fraguado políticamente, reino de León (…) Y por lo atajadero al lenguaje, las particularidades del habla de esta tierra de charros, sus dialectismos (…) no son sino particularidades leonesas. Hoy todavía se puede señalar en esta provincia por el habla donde acaba la propia Castilla y empieza León’

    Una y otra vez seguirá repitiendo a todo el que quiera escucharle:

    ‘Salamanca no es la Castilla escueta y ascética (…) es adusta y sensual. (…) Perteneciendo al Reino de León es más extremeña que leonesa.’

    El último lustro de vida de Unamuno coincide con el primer lustro de vida de la II República  -a la que da la bienvenida desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca- y con su decepción con la misma y con la reacción que acaba con ella.

    El año 1931  le trae a Unamuno el acta de diputado del Congreso, y el dolor por el fallecimiento de su discípulo José Sánchez Rojas, cuyo duelo preside en Salamanca. Durante 1934 muere su mujer, Concha, en septiembre es jubilado como Rector, se le tributa un homenaje y obtiene el nombramiento de Rector vitalicio de la Universidad de Salamanca. En abril de 1935 es nombrado Ciudadano de Honor de la República Española, en su discurso anticipa su muerte y dice:

    ‘Y que al enmudecer en mí al cabo, por ley naturalmente fatal, para siempre mi verbo español, quepa a mis hermanos y a sus hijos y a los míos decir sobre el terruño patrio que me abrigue:

    Aquí duerme para siempre en Dios un español que quiso a su patria con todas las potencias de su alma toda y que contribuyó con ésta entera a dar a conocer el espíritu del genio de España, y en especial a conservar y a recrecer y a re-crear el habla inmortal con que ella soñaba su historia y su destino.’

    En agosto de 1936, tras alinearse con los golpistas, la República le retira todos sus títulos.

    El último medio año de su vida constituye un calvario para Unamuno, una agonía que tiene  una expresión visible en el acto del paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936, donde su personalidad le impide permanecer en un silencio cómplice y le hace tomar la voz para advertir lo que poco después pondrá por escrito:

 «Así nunca llegará la paz verdadera. Vencerán, pero no convencerán; conquistarán, pero no convertirán».

    Unos días después es cesado por Francisco Franco como rector de la Universidad salmantina. Desde octubre apenas sale de su casa y le llega el fin de sus días con el fin del año.

    Como un eco dirigido a la muerte, aún nos llegan sus versos:     

‘Hasta que me venciste, mi batalla
fue buscar la verdad.’

Miguel Ángel Diego Núñez
    (Miembro del Instituto de Estudios
    Zamoranos Florián de Ocampo)

¿ES LEÓN SENSIBLE A SU HISTORIA?

28 diciembre, 2016

Ayer tuve el placer de participar en Radio León Cadena SER en un debate titulado "¿Es León sensible a su historia?". Y fue un placer porque también participaban Cristian Martín (el anterior conductor de la sección de Historia de Hoy por Hoy León) y Javier Revilla, a quienes admiro y respeto por su calidad humana, investigadora y divulgadora. Además, como siempre fuimos sabiamente dirigidos por Chechu Gómez, con lo que fue un debate dinámico y (creo) muy interesante. Como duró algo más de media hora, en vez de hacer un resumen os dejo aquí el enlace al audio, y un reproductor para escucharlo aquí mismo. Espero que os preste...





LOS IMPUESTOS EN EL REINO DE LEÓN

13 diciembre, 2016

Como esta temporada he estado liadísimo corrigiendo exámenes he descuidado escribir las entradas relativas a los últimos programas de la sección de historia en Radio León Cadena SER. El programa del día 30 de noviembre hablé sobre los impuestos en el reino de León, que eran muchos más de los que la gente suele pensar. De todas formas al que le interese el tema le remito al último número de la revista de Promonumenta, donde junto a Javier García Montes escribí el artículo "Un testimonio de fiscalidad en el reino de León", donde además se da a conocer un interesantísimo sello que probablemente perteneció al portazgo de la ciudad de León.

"LLUVIA DE AGOSTO". ¿QUIÉN MATÓ A DURRUTI?

30 noviembre, 2016

El programa de la semana pasada trató sobre un personaje histórico que falleció un 20 de noviembre. Si no añadiera nada más, habría dos candidatos principales: José Antonio Primo de Rivera (fundador de Falange fusilado en 1936), y Francisco Franco (dictador que murió en 1975). Pero si además decimos que era leonés para más señas, el candidato es muy diferente: Buenaventura Durruti, el más famoso anarquista de España.

Y es que recientemente ha salido publicado en castellano "Lluvia de agosto", una novela a medio camino entre la ficción y la investigación, en la que se exploran las misteriosas circunstancias de su muerte. Entrevistamos a su autor, Francisco Álvarez (Xixón, 1970), que es periodista, traductor literario y escritor tanto en asturleonés como en castellano. De hecho la obra fue publicada originalmente en asturiano, con la que ganó el premio Xosefa Xovellanos. Os dejo con información sobre la obra accesible en otras entrevistas y en la web del libro. Al final, como es costumbre, dejo el acceso a la entrevista:

Cuando murió en el hotel Ritz de Madrid el 20 de noviembre de 1936, hace justo 80 años, todos los bienes de Durruti se reducían a una muda de ropa interior, dos pistolas, unos prismáticos y unas gafas de sol.
El aterrizaje del cadáver en Barcelona dos días después colapsó la ciudad. Más de cien mil personas tomaron las calles bajo la lluvia para despedir al héroe mientras entonaban el himno anarquista 'Hijos del pueblo'. La comitiva fúnebre debía disolverse después de los discursos pero las masas no se movían de su sitio, fue imposible llegar al cementerio y, en el último momento, tuvo que aplazarse el sepelio al día siguiente. Cuando, muchas horas después, al fin la gente regresó a sus casas, miles de coronas quedaron abandonadas en los charcos.
Al mecánico, miliciano y líder anarquista leonés José Buenaventura Durruti le había alcanzado en el pecho una bala de firma desconocida en la Ciudad Universitaria de la capital, entonces sometida a un durísimo asedio por los soldados de Franco que se habían alzado apenas tres meses antes contra el gobierno republicano iniciando así la guerra civil. ¿De qué color era aquella bala? ¿Azul falangista? ¿Rojo comunista? ¿Negro anarquista? El enigma acerca de quien mató a Durruti, si el enemigo, si algún agente de Stalin para quien los anarquistas eran tan odiosos o más que los fascistas, o si sus propios compañeros libertarios recelosos de una hipotética militarización de su columna, nunca ha sido resuelto.
Durruti nace en León, el catorce de julio de 1896, siendo el segundo de los ocho hijosa del matrimonio entre Santiago Durruti, un trabajador ferroviario, y Anastasia Dumange.b Santa Ana, el barrio donde vive desde pequeño, es un lugar modesto, de casas pequeñas y viejas habitadas por los obreros de la ciudad.4 Hasta los ocho años de edad asiste a la escuela de la calle de la Misericordia. La huelga de curtidores que tuvo lugar en León en 1903, que se prolonga nueve meses, afecta mucho económicamente a la familia de Buenaventura Durruti, por lo que él y sus hermanos pasan a la modesta escuela de Ricardo Fanjul. Sobre su infancia, escribiría Durruti en 1927 a su hermana Rosa: «Desde mi más tierna edad, lo primero que vi a mi alrededor fue el sufrimiento, no sólo de nuestra familia sino también de la de nuestros vecinos. Por intuición, yo ya era un rebelde. Creo que entonces se decidió mi destino».3
En 1910, a los catorce años, abandona los estudios y entra como aprendiz de mecánico en el taller de Melchor Martínez, un socialista que tenía en León cierta fama de revolucionario.5 Durante dos años, Melchor Martínez le enseña elementos de mecánica y de socialismo; cuando considera que no tiene nada más que pueda enseñarle, Durruti se traslada al taller de Antonio Mijé, especializado en el montaje de lavadoras mecánicas para el lavado de minerales extraídos de las minas.6 En 1913, siendo ya tornero de segunda clase, se afilia a la Unión de Metalúrgicos, asociación adscrita a la Unión General de Trabajadores, pero poco tiempo después comenzaría su desencanto ante los consejos de moderación de los dirigentes durante las reuniones celebradas.
La neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial impulsa la industria y economía españolas, ya que ambos bandos recurren a España para obtener materias primas y productos manufacturados. El trabajo en las minas aumenta y envían a Durruti junto con otros obreros a la localidad de Matallana para instalar lavadoras mecánicas. Allí los mineros declaran una huelga ante los malos tratos recibidos de uno de los ingenieros, exigiendo su destitución; para apoyarlos, Durruti se niega a continuar los montajes mientras continúe el paro de los mineros, gracias a lo cual se traslada finalmente al ingeniero. A su regreso a León, Mijé le llama la atención por lo sucedido y le advierte de que la guardia civil se interesaba por él, los dirigentes de la Unión Metalúrgica lo amonestan por su conducta, y su antiguo maestro, Melchor Martínez, le aconseja que emigre ante la actitud de las autoridades.7
Su padre le consigue una plaza como mecánico ajustador en la Compañía Ferroviaria del Norte y decide aceptar. En estas circunstancias le sorprende la huelga general revolucionaria de 1917. Por la rebeldía demostrada durante dicha huelga, Durruti pierde su puesto de trabajo en la Compañía Ferroviaria; además, la Junta Directiva de la Unión Ferroviaria (perteneciente a la UGT), de la que era afiliado, expulsa al grupo de jóvenes que había ejercido mayor resistencia durante la huelga, incluyéndolo a él, por defender posiciones revolucionarias y alegando indisciplina.
Tras estos hechos, se refugia brevemente en Gijón y luego pasa la frontera a Francia, huyendo del servicio militar. 
Su muerte
Aproximadamente a la una de la tarde del 19 de noviembre de 1936 (en plena Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid), en la calle Isaac Peral, menos de dos horas después de una entrevista en la calle para el noticiario filmado del PCUS, hieren a Durruti en el pecho con una bala de dudosa procedencia; lo llevan en estado grave al Hotel Ritz,8 sede del hospital de sangre de las milicias catalanas, donde muere a las cuatro de la mañana del día siguiente. La autopsia reveló que la muerte se debió a los destrozos causados por una bala calibre nueve largo, que penetró por el tórax y lesionó importantes vísceras. Su cuerpo se entregó a los servicios especializados del municipio de Madrid para su embalsamamiento, ya que sería trasladado y enterrado en Barcelona.9 Su deceso fue ocultado en un primer momento a la población y a la milicia para evitar desánimos,10 pero la noticia se extendió rápidamente. A su entierro en Barcelona acudieron decenas de miles de personas.
La muerte de Durruti ocurrió en oscuras circunstancias que han propiciado la aparición de diversas hipótesis para explicar su deceso. Según la CNT, escuetamente fue una «bala fascista». Las emisoras de radio de la zona franquista les atribuyeron el hecho a los comunistas, quienes a su vez aseguraron que los autores habían sido trotskistas o hasta los propios anarquistas por su enfrentamiento con la dirección. Se ha dicho también que fue víctima de unos desertores que él mismo intentaba detener. También se asegura que fue un disparo salido de su propia arma: algunos afirman que se le cayó su "naranjero", mientras que otros aseguran que Durruti sólo portaba una Colt 45


PUBLICIDAD DE TIERRA DE SABOR EN LOS LIBROS DE TEXTO

20 noviembre, 2016

A pesar del tiempo transcurrido desde la introducción en un libro de texto de la publicidad de un centro comercial vallisoletano, y del revuelo que levantó en su día, parece que esa práctica continúa vigente en algunos libros de texto de Castilla y León. En este caso está en la página 13 del cuadernillo de Geografía de Castilla y León de Tercero de la ESO de una muy famosa editorial...

LAS ESCUELAS DE LA COMARCA DE LA CEPEDA

07 noviembre, 2016

En el programa del pasado miércoles entrevistamos a Isabel Cantón, coordinadora del libro "Las escuelas de la comarca de La Cepeda". Isabel es Catedrática de Universidad en el Área de Didáctica y Organización Escolar, y nos contó que la obra fue realizada a lo largo de tres años por dos antiguas alumnas suyas, Sheila Hidalgo González y Cristina González García, a las que por desgracia no pudimos tener con nosotros ese día. 

El libro recorre la historia de las escuelas en La Cepeda, desde 1880 (primera escuela documentada) hasta 1980 (construcción del grupo escolar de Sueros). También se repasa rápidamente la historia de las escuelas rurales en España, así como de las leyes que las regularon. Si hay algo que queda meridianamente claro es que nuestro país muy pocas veces se ha tomado en serio la educación, y mucho menos la de entornos rurales. Y por desgracia la situación sigue así hoy en día: sólo hay que ver lo que ocurre con los centros de nuestro pueblos, que quedan abandonados por falta de alumnos, y los pocos que quedan muchas veces se ven obligados a recorrer grandes distancias hasta el núcleo de población más grande. 

En el estudio dividieron las escuelas en tres modelos diferentes, según la tipología del edificio: pastoriles, campesinas o agrícolas y monásticas.

"Las pastoriles son edificios de finales del XIX o principios del XX que tienen formas arquitectónicas muy básicas en el croquis con un solo espacio-aula sin elementos adyacentes. Presentan una estructura de redil: un cuadrado y los niños en bancos alrededor de las paredes; están construidas en la Cepeda alta todas de piedra en la Cepeda baja de tierra y ladrillo, a imitación de las casas del pueblo, tienen ventanales no muy grandes para evitar el frío; la enseñanza era frontal común y con el mismo libro para todos. Los alumnos eran muy numerosos y los mayores enseñaban a los pequeños. Los Maestros eran de extracción social muy baja, los demás ponían sustituto y no iban a hacerse cargo de la escuela. Pertenecen a este grupo La Silva, Castro, Brimeda, Motealegre o Manzanal".

De las campesinas señalan que "tienen la estructura derivada del Plan Nacional de Construcciones Escolares mezclado con la idiosincrasia de las casas de labranza de los pueblos. Están hechas con materiales de construcción dependiendo del lugar: piedra en los lugares más montañosos y ladrillo y tapial en el resto". Y a ellas pertenecen las de Villameca. Villar y Tabladas en los Barrios de Nistoso (1930) Ferreras o Morriondo.

Al tercer grupo, el de las monásticas, pertenecen "la escuela de Donillas, la de Ferreras, la de Brañuelas y  la Escuela de Sueros de Cepeda, que es a la vez la más antigua y la más moderna pues  inicia sus tareas en 1880 pero la construcción es de 1940; y la segunda es de 1980 la última de las construidas. En este caso son ya grupos escolares con tres o más unidades; tienen viviendas para los maestros; las clases se imparten por cursos con libros para cada año académico, poseen amplios ventanales y son edificios diseñados por arquitectos del Ministerio con gran homogeneidad con otros lugares de España".

OPERACIÓN FUEGO MÁGICO

29 octubre, 2016

En el programa de este pasado miércoles henos tratado sobre una novela que tiene mucho de historia y tan solo una pizca de fantasía. Se trata de "Operación Fuego Mágico", del leonés Rubén García Robles, militar de profesión e historiador de formación, y que trata sobre la planificación de un atentado contra Francisco Franco aprovechando la ceremonia de despedida de la Legión Cóndor en el aeródromo de la Virgen del Camino (22 de mayo de 1939). Puede decirse que ésta es la parte de ficción, y todo lo demás es fruto de una investigación de más de cuatro años en archivos militares y otras fuentes, e incluso de entrevistas personales (familiares de Rubén vivieron los acontecimientos en primera persona).

Uno de los aspectos novedosos del libro es que profundiza en los motivos económicos y comerciales por los que Hitler acabó prestando ayuda a Franco.  La obra de momento no está disponible en librerías, pero puede adquirirse en Internet, en sitios como la propia editorial o en Amazon o en la Casa del Libro. Al final de esta entrada os dejo como siempre el enlace para escucharlo. Os hago un repaso de la trama y algunos detalles a través de los artículos que han ido saliendo en la prensa:

La novela arranca en la época actual con un primer capítulo que sitúa al servicio de vigilancia de la Guardia Civil tras los pasos de una persona que cada 6 de febrero deposita unas flores en la tumba de un piloto de la Legión Condor. "Quieren saber si es un grupo neonazi para tenerlo controlado. Acaba el primer capítulo con la incógnita sin despejar, aunque en realidad se trata de un piloto republicano de nombre Josep Falcó que tras su regreso a España, como forma de respeto, llevaba flores a la tumba de Friedrich Windemuth, una manera de mostrar su respeto a un hombre que había luchado con valor. Aún siendo su enemigo, él sabía reconocer el coraje de aquel piloto alemán al que había derribado un 6 de febrero de 1939", comenta el autor de ‘Operación Fuego Mágico’, para quien este noble gesto quería recogerlo en el libro como el "gesto máximo de reconciliación entre personas que habían luchado en bandos contrarios, defendiendo ideologías opuestas, y que eran capaces, al menos por parte de Falcó, de un reconocimiento del valor del otro", destaca García Robles, que está convencido de que "algo de esto nos haría mucha falta aquí en España. 

La decisión de respaldar al bando nacional se adoptó en el transcurso de las jornadas de música wagneriana celebradas en la ciudad alemana de Bayreuth. En aquella ciudad tuvo lugar un encuentro esencial para que Alemania acabara por secundar a los militares golpistas españoles. El capitán de aviación Francisco Arranz Monasterio, el representante del partido nacionalsocialista en Marruecos, Alfred Langenheim, y Johannes E.F. Bernhardt, un comerciante alemán arruinado, convencen a Hitler la noche del 25 de julio de 1936 para que les ayude.

Las explotaciones mineras de wolframio, zinc y piritas, la mayoría en manos del Reino Unido y Francia, es la carta que juegan los conspiradores en aquella velada de ópera para convencer a Hitler. «Bernhardt ofrece sus empresas como pantalla para que se produzca el intercambio de recursos materiales y humanos alemanes (aviones de combate, aviones de transporte de tropas, piezas de artillería, carros de combate y avanzadas transmisiones) por materias primas españolas (lanas, pieles, minerales, acceso a puertos del Atlántico y Mediterráneo), sin que Hitler pierda su imagen popular entre los países europeos».

"León era un centro neurálgico donde llegaban aviones, transmisiones, carros de combate, piezas de artillería, todo el material con el que apoyaron el levantamiento de los generales sublevados", recuerda el autor, que para su transporte se construyó por parte de presos de la cárcel de San Marcos un ramal de vías hasta la propia base aérea, "un centro de tremenda importancia para toda la logística de la Legión Cóndor".

Por las 298 páginas del libro, que el autor presenta el próximo jueves en El Corte Inglés, desfilan personajes tan inquietantes como la espía rusa Olga Chejova, sobrina política de Antón Chéjov, que llegó a codearse con las altas esferas nazis gracias a su exitosa carrera en el cine alemán; Wolfram von Richthofen, primo del laureado Manfred von Richthofen (conocido como el Barón Rojo), jefe de la temible Legión Cóndor acampada en León y, posteriormente, mariscal de campo de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial; o el citado Johannes E.F. Bernhardt, hombre de negocios que entrega en mano a Hitler la primera carta en la que Franco pide al Führer la ayuda efectiva de Alemania.

‘Operación Fuego Mágico’ ha precisado de un arduo trabajo de documentación por parte del autor leonés sobre cómo vivían los pilotos de la Legión Cóndor en León y de su tendencia a organizar carreras de coches por la Venta de Remellán o matando el tiempo libre visitando al ‘dentista’, su manera de reseñar sus frecuentes visitas a los burdeles de la ciudad. "Muchos de esos pilotos procedían de la Prusia, que había quedado muy afectada durante el periodo de entreguerras y por el crack del 29, y pertenecían a familias adineradas que habían quedado totalmente arruinadas. Los hijos de esa gente se convirtieron en pilotos y llegaban a España en rotaciones de nueve meses para conseguir siete mil marcos y poder comprarse un coche en su país, ascender en la escala social, alternar por determinados clubes, casarse con una mujer adinerada... algo que contrasta con la situación de los presos en las cárceles de San Marcos y Santa Ana"

"JUSTINA, LA PRIMERA”

25 octubre, 2016

En el programa de la semana pasada hablamos de una auténtica pionera leonesa: Justina González Morilla, cuya biografía acaba de ser publicada con el título "Justina, la primera. La primera mujer Médico, Odontóloga y Pediatra de León y primera estudiante de Veterinaria en España”. Para ello entrevistamos a la autora, María Rosario Barrientos González, que además es hija de Justina. Ella nos contó que la obra fue un encargo y en principio iba dirigida a gente de veterinaria y medicina, pero que el interés que despertó el tema hizo que se convirtiera en una obra de divulgación, con un montón de fotografías (Justina también fue una gran aficionada a la fotografía), que convierten al libro en un retrato de una época. 

Justina y el libro cuentan con una web http://www.justinagonzalez.es de donde he entresacado algunos datos de su interesante biografía: 

"Justina González Morilla nace en Matanza de los Oteros, provincia de León el 7 de Octubre de 1903; sus padres, Maximiliano González Ruiz, titular Veterinario e Inspector Municipal de la plaza y de otros pueblos cercanos y Nazaria Morilla Luengos.  Su abuelo paterno, D. José González Fresno, es Veterinario en Valencia de Don Juan (León)  aunque había nacido en León. Es, por lo tanto, hija y nieta de Veterinarios. Tiene un hermano menor, Pablo.

Cursa el Bachillerato en el Instituto de León, donde vive con una familia amiga de la suya, y regresa a Matanza durante las vacaciones. Al terminar el Bachillerato, se matricula en la Facultad de Medicina de Valladolid para cursar Preparatorio de Ciencias y al año siguiente en la Escuela Superior de Veterinaria de León, para cursar las dos carreras a la vez: Medicina como alumna oficial y Veterinaria como alumna oficial el primer año y libre los restantes, examinándose de las asignaturas de Medicina en Junio y de Veterinaria en Septiembre.

Justina es la primera  mujer estudiante de veterinaria en España. Hubo otra alumna en la Facultad de Veterinaria de Córdoba, María Cerrato, seis años mayor que ella,  que, aunque se matriculó un año después, terminó antes que Justina porque cursó los estudios, según alguna publicación, en dos años, de 1923 a 1925 como alumna libre.

Justina termina la carrera de Veterinaria en Enero de 1928  y la de Medicina en Junio del mismo año. A continuación marcha a Madrid, donde cursa las especialidades de Odontología y Pediatría en la Facultad de Medicina de San Carlos y en la Escuela Nacional de Puericultura, durante los años 1929 y 1930.

Comienza a ejercer como Médico-Odontóloga en Valencia de D. Juan (León) en Agosto de 1930, siendo la primera mujer que ejerce la Medicina en León y provincia, según consta en el archivo del Colegio Oficial de Médicos de León.

Traslada su consulta a León en el año 1942. Se casa con Ignacio Barrientos Barrientos y tiene tres hijas: Mª Rosario, Mª Jesús y Mª José Barrientos González.

Trabaja como Médico-Odontóloga en León, en la Avenida José-Antonio 14 (hoy Gran Vía de San Marcos)  hasta su jubilación el 31 de diciembre de 1960 (30 años de profesión).  A principios de los años 50 abre otra consulta en Mansilla de las Mulas (León),  y atiende a los pacientes allí un día a la semana, sin dejar su consulta de León.

Muere el 26 de Junio de 1997 a la edad de 93 años en Santander donde vive otra de sus hijas. Está enterrada en el cementerio de León junto a su marido".

Podéis escuchar el programa en este enlace, o en el reproductor de más abajo. 

LA EXPOSICIÓN "ARS MECHANICAE" EN EL MUSEO DE LA INDUSTRIA HARINERA DE GORDONCILLO

30 septiembre, 2016

Lo primero es pedir disculpas porque no dediqué una entrada al programa de la semana pasada, ya que trató sobre los posibles orígenes de la palabra "cazurro", sobre la que ya había tratado por extenso en este blog

Este pasado miércoles hablamos sobre la exposición "Ars Mechanicae: ingenería medieval en España", que está teniendo lugar en el Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (MIHACALE), localizado en Gordoncillo. Para ello tuvimos con nosotros a su gestor, Javier Revilla Casado, al que hemos tenido la oportunidad de entrevistar en varias ocasiones, dado su dinamismo cultural. La exposición pertenece al Ministerio de Fomento y la Fundación Juanelo Turriano y permanecerá visitable en Gordoncillo hasta el 14 de enero de 2017.

Tal y como puede leerse en el blog del Museo, "el montaje consta de 50 paneles explicativos y 5 audiovisuales que explican lo esencial de la tecnología y de la ingeniería en la Edad Media hispana. La faceta didáctica se refuerza con 35 grandes maquetas, algunas de ellas con movimiento, mediante las cuales los visitantes podrán conocer impresionantes obras constructivas tales como acueductos y puentes, así como el funcionamiento de los más adelantados artefactos y máquinas medievales: noria, distintos molinos, ferrería, batán…"

Es la primera vez que "Ars Mechanicae" sale de capitales provinciales: "Esta exposición se mostró por primera vez en Madrid en el año 2008 (Jardín Botánico) y dado su éxito de público tanto el Ministerio de Fomento como la Fundación Juanelo Turriano decidieron hacerla itinerante. Gracias a ello, desde entonces ha recorrido otras 5 grandes ciudades españolas: Logroño (Casa de las Ciencias, 2013), Tarragona (Centre d'Estudis Maritims, 2013), Murcia (Museo de la Ciencia y el Agua, 2014), Valladolid (Museo de la Ciencia, 2014) y Segovia (Real Casa de la Moneda, 2015)."

"En el MIHACALE de Gordoncillo la muestra Ars Mechanicae ocupa una superficie de 500 metros cuadrados, quedando instalada en la Panera de la Fábrica de Harinas, interactuando con el tapial de tierra que forman sus muros y la madera de la techumbre, logrando una gran simbiosis".

Se pueden organizar visitas guiadas para grupos llamando al menos con un día de antelación a los teléfonos 987757192 o 657645231.

Podéis escuchar el programa con muchos detalles de la exposición y algunas anécdotas en este enlace o pulsando en el reproductor de más abajo.




 

"LAS MUJERES DE ALFONSO IX", NOVELA DE MIGUEL ÁNGEL MENDOZA NAVA

15 septiembre, 2016

En el programa de esta semana hemos dado un salto a la Edad Media de la mano del novelista leonés Miguel Ángel Mendoza Nava, natural de Cubillas de los Oteros, que ha dedicado su segunda obra a la figura de Alfonso IX. En concreto, como revela el propio título de la novela, Miguel Ángel se ha centrado en las mujeres que acompañaron a este monarca leonés a lo largo de su periplo vital, mezclando dos historias paralelas, una ficticia y otra basada en hechos históricos. 

Aunque su profesión nada tiene que ver con la escritura ni con la historia, Miguel Ángel Mendoza se lanzó a la piscina de la novela histórica gracias a una especie de desafío con su hijo. Su primera obra fue "La Luz del Templo", también de temática leonesa, en la que una familia de peregrinos franceses se ven unidos a la Catedral en el siglo XVI. 

El autor se ha sentido atraído por Alfonso IX, entre otras cosas, porque "fue un rey que parece que molesta a los historiadores dóciles y sumisos; un rey al que nunca se ha hecho justicia desde los estamentos oficiales patrios y regionales. Tal vez porque su innata rebeldía chocaba de manera frontal con el carácter de su primo, Alfonso VII de Castilla, con el que mantuvo continuos enfrentamientos por el control de las fronteras, o porque se enfrentó al papado de Roma cuando desde Letrán anularon sus dos matrimonios canónigo". 

En el prólogo de la obra, hace la siguiente reflexión:  “Durante todos los momentos de los más de cuarenta años de su reinado se distinguió por ser un hombre que experimentaba gran atracción por las mujeres y hacia las que sentía escasa estima, si nos atenemos a que tuvo diecinueve hijos con más de seis mujeres diferentes y que, a pesar de casarse en dos ocasiones, en ambos casos fue obligado a repudiar a sus esposas por mandato papal, y que durante más de veinticinco años nunca le faltó una concubina que calentase su  cama. Ese fue el detalle que más llamó mi atención de la vida y obra del último rey privativo del reino de León, la colección de mujeres que los historiadores nos indican que pasaron por su lecho, a pesar de ser estos destacados nobles eclesiásticos y de dejar su impronta reflejada en decretos y documentos que emitieron y confirmaron”.

El libro ha sido publicado por Ediciones Duerna, y cuenta con diez capítulos más un epílogo, estando conformado por más de 600 páginas. Podéis escuchar el programa en este enlace o en el applet de más abajo. 

Miguel Ángel Mendoza Nava y un servidor.

CAZURREANDO CON LA PALABRA "CAZURRO"

12 septiembre, 2016

Es sabido que a los leoneses se nos suele denominar "cazurros", si bien es una palabra que nuestros vecinos asturianos aplican a cualquier persona al sur de la Cordillera, sea o no de León. Ahora bien, ¿qué significa "cazurro"? Si miramos en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE, obtenemos este resultado:

cazurro, rra
De origen incierto.
1. adj. Malicioso, reservado y de pocas palabras. U. t. c. s. [Usado también como sustantivo]
2. adj. Tosco, basto, zafio.
3. adj. Torpe, lento en comprender. U. t. c. s.

Un significado nada halagüeño, como vemos. Sin embargo, en León este vocablo se emplea generalmente con otra acepción que no aparece reflejada en este diccionario, y que sería la de "cabezón, terco, obstinado". No es nada extraño que los gentilicios coloquiales sean despectivos: el ejemplo más claro es que a los asturianos se les llama "babayos", lo que no es ninguna flor precisamente. Por ello hay gente que, ofendida en lo más íntimo, prefiere coger estos gentilicios populares y otorgarles un origen o significado más noble. Así desde hace un tiempo circula por Facebook esta imagen que ofrece un supuesto origen etimológico de la palabra "cazurro" que sirve para restañar el orgullo herido de los leoneses: 


"El que no cesa" suena mucho mejor que "malicioso, tosco, basto, zafio, torpe" o incluso que "terco", ¿no es cierto? Así que es lógico que la imagen circulase con mucho éxito y se convirtiera en un fenómeno viral entre la gente y los grupos de León de la mencionada red social. 

Pero la cosa ha cambiado cuando recientemente Mario Lozano Alonso consultó esta pretendida etimología con Raad Salam Naaman, experto en lengua árabe, quien le respondió que no es cierto. Mario lo publicó también en Facebook con la siguiente imagen:


Esto levantó cierto revuelo entre los que le habían cogido gusto a lo de "el que no cesa", y hubo respuestas de todo tipo, aunque ninguna pudo demostrar la supuesta etimología.

Yo ya me había encontrado la palabra en dos ocasiones: una para hablar de los trovadores de baja estofa, y otra para referirse despectivamente al mirandés, la variante portuguesa de la lengua asturleonesa. A raíz de la discusión mencionada decidí ponerme manos a la obra e investigar al respecto, para ver qué se podía sacar en claro.

Caçurro en la Edad Media.
"Caçurro" en la Edad Media era una palabra que significaba lo mismo en portugués que en castellano: sucio, vil. De hecho sigue significando eso en el portugués actual: "surro [suciedad procedente del sudor, del uso, etc.]; porcaria [porquería]". Ya Alfonso X dice en sus Siete Partidas que

"las palabras que se dizen sobre razones feas, e sin pro, e que non son fermosas, nin apuestas al que las fabla, nin otrosi al que las oye, nin puede tomar buen castigo, nin buen consejo, son ademas e llamanlas caçurras, porque son viles e desapuestas, e non deuen ser dichas ante omes buenos, quanto más dezirlas ellos mesmos, e mayormente el rey" (Segunda Partida, Título IV, Ley 2) 

Más o menos por la misma época (h.1260), decía Gonzalo de Berceo en sus "Milagros de Nuestra Señora":

Díssoli el judío: «Si tal cosa mostrares,
yo te daré empresto quanto tú demandares,
mas por otras pastrijas lo que de mí levares,
non pagarás con ello caçurros nin joglares.»

Aquí "caçurro" parece un juglar vulgar que cobraba por divertir con sus cantares groseros. Es decir, un sinónimo de bufón. 

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (h. 1283 - h. 1351), usó la palabra en varias partes de su "Libro de buen amor" (h1330-1343), también con este sentido de "bufón", o "vulgar, zafio":

"Non uses con bellacos, nin seas peleador,
non quieras ser caçurro, nin seas escarnidor"
(en "De cómo el Amor enseña al arçipreste, que aya en sí buenas costumbres, e sobre todo que se guarde de beber mucho vino blanco e tinto")


"De toda la laseria et de todo este cojijo
fis' cantares caçurros de quanto mal me dixo;
non fuyan d'ello las dueñas, nin los tengo por lijo,
ca nunca los oyó dueña, que d'ellos mucho non rijo".
(en "De la vieja que vino al arçipreste y de lo que le contesçió con ella")

"Cantares fis' algunos de los que disen los çiegos,
et para escolares que andan nocherniegos,
e para muchos otros por puertas andariegos,
caçurros et de bulras, non cabrían en dies priegos".
(en "En cuáles instrumentos non convienen los cantares de arábigo")

El Vocabulario español-latino de Nebrija (1494) dice: 
-Caçurro: Avarus, a, um. Auidus, a, um. Un poco. Parcus, a, um.
-Caçurria: Avaricia e parsimonia.

El "Vocabulario medieval castellano" de Julio Cejador y Frauca (1929) define cazurría, caçorría, caçurría, casurría como "maldad". Y cazurro, caçurro como "bufón, vil, plebeyo, de burlas".

La palabra fue evolucionando, y así en el siglo XVIII Gregorio Mayans y Siscar en su obra "Orígenes de la lengua española" (1737) dice de caçurro: "malo, torpe. Caçurras palabras: injuriosas". 


El mirandés, "fala caçurra".
Como ya hemos dicho, en portugués actual "caçurro" significa "surro [suciedad procedente del sudor, del uso, etc.]; porcaria [porquería]", y "caçurrento", su adjetivo derivado, "sucio, puerco, manchado". En la Edad Media tenía el sentido de palabras bajas y groseras, e incluso existía su derivado "caçurria" (ya en desuso), "palabra fea y que suena mal". 

En algunos lugares de nuestro país vecino "fala caçurra" designa al "habla baja, grosera, ordinaria", lo que le une con el significado que tenía el vocablo en la Corona de Castilla en la Edad Media. Ya lo registró en la Tierra de Miranda José Leite de Vasconcelos en el siglo XIX, aunque su uso no era generalizado en toda la región. Afirma que los habitantes de Cércio decían que los mirandeses son "caçurros", y su lengua "fala caçurra". 

Origen.
En algunos lugares se dice que la palabra proviene de la localidad de Cazurra (Zamora), y se cuenta la historieta de que cuando los cazurreños iban a trabajar a Asturias los asturianos los trataban como a tontos, porque no sabían manejar las máquinas. Es una explicación inverosímil, porque como hemos visto la palabrina ya existía en la Edad Media.

En "Tesoro de la lengua castellana o española" de Covarrubias (1611) se lanza una hipótesis sobre la etimología de la palabra:

"Dixeronse palabras caçurras, de caço, que en lengua Toscana vale genitale membrum virile, y desta palabra se llamaron todas las demas descompuestas cuçurras, o se dixeron caçurras, quasi cacurras, de kakos kachos, cosamala. Caçurro el hombre torpe". 

O sea, que la vincula con la palabra "cazzo", interjección malsonante en italiano que se puede traducir como "pene", o "¡Joder!".

Otros autores han relacionado "caçurro" con "casmurro", que en Portugal designa a la persona que acostumbra a insistir en una idea, siendo sinónimo de cabezota, terco, lo que coincide con el significado que le damos a "cazurro" en León y Zamora, así que quizá haya algo de verdad en esa afirmación. El vocablo tiene una segunda acepción, que es "persona que no muestra alegría o que tiene tendencia a aislarse", y que coincide con la expresión aragonesa "tío cazurro", que designa al "solterón viejo que vive en casa de un hermano o sobrino, especie de machucho que se ha hecho a la soledad y la misantropía". Otro posible origen portugués está en el hecho de que en la Extremadura portuguesa "caçurro" es el terreno sin cultivar.

Pero la obra que dedica más espacio (¡dos páginas!) a la palabra que nos ocupa es "Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico" de Joan Corominas y José Antonio Pascual, que le otorga el significado de "grosero, marrullero, malicioso, insociable". Señala que el primer uso documentado de la palabra es un diploma navarro de 1197, donde aparece un tal "Dominico Cazurro". En los siglos XIII-XIV dice que tenía el matiz "chocarrero, que quiere ser gracioso, pero groseramente", y el de "descompuesto, desvergonzado, impropio para que lo vean u oigan mujeres". Apunta que en algunos momentos tuvo connotaciones sexuales. Aporta que en el "Auto de Caín y Abel", del siglo XVI, se acusa a Caín de haber "cazurrado a su hermano", lo que podría relacionar esta palabra con el verbo "zurrar", aunque Corominas prefiere traducirla por "matar traidoramente".

Estos filólogos también tratan acerca de la etimología de la palabra. Descartan *canzurro, derivado de can (perro), y analizan un posible origen árabe con "qâdûr" o "qadûr", la palabra que tanto circuló por internet, aunque en realidad significa lo mismo que en español y en portugués (sobre todo con la palabra "casmurro"): "insociable, que huye de la sociedad". Hay variantes árabes que significan "sucio, inmundo, malo, avaro, mezquino, bellaquería". Pero afirman Corominas y Pascual que esa d árabe pasa al castellano en todos los casos, aunque haya alguna vez que evoluciona como z, pero en ningún caso ç. No descartan totalmente el posible influjo árabe en el vocablo, pero apuntan a un origen prerromano por el sufijo -urro/a. Apuestan también por la palabra portuguesa "caturra", "persona terca y aferrada a ideas antiguas, que halla defectos a todo, y que se complace en discutir", y que parece definir muy bien al menos a los leoneses actuales. "Caturra" deriva de "turra", palabra que tanto en portugués como en leonés significa algo así como "tema de discusión sin fin", de donde deriva nuestro "turrión/a", que significa "testarudo". ¿Serán hermanas las palabras "turrión" y "cazurro"? En cualquier caso los leoneses seguiremos diciendo y aceptando que somos cazurros con una mezcla de resignación y de cierto orgullo...

BIBLIOGRAFÍA
-BERCEO, Gonzalo de. "Los milagros de Nuestra Señora". La Rioja, 2011.
-CEJADOR Y FRAUCA, Julio. "Vocabulario medieval castellano. (Obra póstuma)". Hildesheim, 1996. Pág. 96.
-CELDRÁN GOMÁRIZ, Pancracio. "Inventario general de insultos". Madrid, 1995.
-COROMINAS, Joan y PASCUAL, José Antonio. "Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico". Volumen I. Madrid, 1991. Págs. 937-938.
-COVARRUBIAS OROZCO, Sebastián de. "Tesoro de la lengua castellana o española". Madrid, 1611. Pág. 167.
-MAYANS Y SISCAR, Gregorio. "Orígenes de la lengua española". Madrid, 1737.
-MERLAN, Aurelia. "El mirandés: situación sociolingüística de una lengua minoritaria en la zona fronteriza portugueso-española". Oviedo, 2009. Pág. 416.
-NEBRIJA, Elio Antonio. "Vocabulario español-latino". Salamanca, 1495?
-RUIZ, Juan, Arcipreste de Hita. "Libro de buen amor". Booklassic, 2015.
-VV.AA. "Las Siete Partidas del sabio rey don Alfonso el IX (sic)" . Barcelona, 1843.